En la vida hay fantasías que por diferentes circunstancias
nunca se concretan. Otras, en cambio, se vuelven realidad y nos hacen pensar
que el esfuerzo, la pasión y hasta las penurias que pasamos para volverlas
realidad, hacen que el Soneto de Francisco Luis Bernárdez cobre sentido una vez
más, cuando dice: “…si para conseguir lo conseguido tuve que soportar lo
soportado…tengo por bien sufrido lo sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado
lo llorado...”.
Hace unos meses que hice realidad un sueño: el esperado
viaje por España y Francia, largamente deseado y planeado. Uno de los lugares a
visitar era el Fetish Café de Barcelona y así poder conocer en persona a su
propietaria, Dómina Zara, tantas veces nombrada con respeto por mi Amo y otras
prestigiosas personas del BDSM.
Una noche otoñal cabalgué en el corcel de acero de Sir Fronk
(¡gracias!), atravesando la maravillosa ciudad condal hasta llegar a uno de los
íconos mundiales del BDSM: el Fetish Café. Atravesé la entrada sintiéndome como
Alicia en el País de las Maravillas: expectante, asombrada, curiosa y… ¡feliz!
Para completar la escena, solo faltaba conocer a la anfitriona.
Hay personas que son grandes y famosas porque durante su
vida mantuvieron una conducta y una
coherencia, labraron su nombre con cada acto, acción y actitud. La mujer que
conocí esa noche es una Dama poseedora de una humildad luminosa, que se acercó
hasta mí con una sonrisa y extendiéndome su mano, me dijo: “Buenas noches,
bienvenida. Soy Dómina Zara”. ¡Cómo si necesitara presentarse!
No todos los días se tiene una la oportunidad y el honor de
conocer a Señora tan sencilla, abierta, rebosante de simpatía y haciendo gala
de su rol de perfecta anfitriona. Bastó que me presentara como sumisa de Sir
Williams para sentirme colmada de atenciones.
Una deliciosa caipiriña, dulce y helada, acompañó la charla
amena y distendida, de esas que se dan entre amigos que se comprenden porque
hablan el mismo idioma, gente que no se juzga y que comparten y gozan la
misma pasión. Durante esos momentos de
intimidad, Dómina Zara tuvo la deferencia de contarme parte de su historia
personal, antes de invitarnos a visitar las instalaciones.
El ambiente es perfecto en iluminación y espacio, pero
quizás lo que más gustó fuese la variedad de muebles y piezas a disposición del
visitante: sillones ginecológicos, mesas, bancos de spanking, una deliciosa
telaraña hecha de cadenas, espacio y artilugios apropiados para una buena
suspensión, cuerdas, cadenas…
La zona que más me gustó, fue el sector donde la Señora
tiene su trono con el sitio adecuado para que el sumiso privilegiado se postre
a sus pies. Detrás, todo tipo de artilugio imaginado para el goce de Dominantes
y sumisos.
¿Cuánto tiempo estuvimos allí? No lo conté, no me interesaba
saber, pero fue el suficiente para vibrar con los sonidos de un instrumento
dedicado a marcar la piel de un sumiso, que regresó desnudo y mostrando orgulloso el efecto que la
sesión provocó en su sexualidad.
Finalmente, termino de compartir esta experiencia con
ustedes contándoles la delicadeza que tuvo Dómina Zara al enviarle a mi Amo una
copia autografiada de su libro: “Soy un sueño”, y por supuesto autografiar
también mi ejemplar.
La charla fue grandiosa, la compañía excepcional y los
momentos compartidos inolvidables. Espero que este fabuloso lugar perteneciente
a la comunidad BDSM mundial, no tenga que cerrar debido a la crisis. Quizás no
solo dependa de la mala época que vive la economía española actualmente. Quizás
también dependa de nosotros, de TODA la comunidad BDSM de habla hispana, de los
amantes y amigos de este lugar incomparable: el Fetish Café de Dómina Zara.
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